Por qué la tecnología sirve para la literatura y no para el Fútbol

En su conferencia de Prensa del ayer, lunes 28 de junio de 2010, el arquero argentino, Sergio Romero, le dijo no a la tecnología en el fútbol con una definición muy particular: “el fútbol es para los vivos, no para la tecnología”


Más allá de que en el fondo su expresión es algo desprolija porque pareciera avalar la trampa por encima del espíritu del juego, pone de manifiesto algo de lo que yo personalmente considero que tiene razón: la casuística del juego iguala las fuerzas. La posibilidad latente de que en cualquier momento pueda cometerse un error (siempre y cuando este sea involuntario, claro está), le da una chance al equipo más débil de vencer al más poderoso.
Entonces, uno que pregona el desarrollo tecnológico, pareciera verse como incoherente o injusto. Es que la coherencia no está en el uso de la tecnología sino en el fin que se busca mediante ella.
Para los escritores independientes, aquellos que no tienen la espalda de una corporación editorial atrás o no accede a las cadenas de librerías, los dispositivos tecnológicos contribuyen a la igualdad de oportunidades. De esta manera un escritor al que nadie conoce, puede mostrar lo que hace mediante un eBook editado por él mismo y distribuido de la misma manera a través de Internet y quizá, hasta tenga la chance de ganar algún dinero por ello. En cambio la tecnología aplicada el fútbol, afecta la igualdad de oportunidades que ofrece la posibilidad latente de un gol en offside o de una pelota dudosa.
Porque el error pertenece a la órbita de la incertidumbre, de la casuística, de cuestiones humanas impregnadas de humores y malos días. En verdad, eliminada la incertidumbre, siempre van a ganar los más poderosos, y el juego será una exhibición de un grande contra un invitado.
No existe una tecnología para lo bueno y otra para lo malo. Lo bueno y lo malo son albedrío del hombre. Si ese albedrío se usara para actitudes como la de “Cachito” Vigil, el ex técnico de Las Leonas (el seleccionado de hockey argentino) que pidió a un árbitro que convalidara un gol mal anulado que era en contra de su equipo, es decir preservando el espíritu del juego y del deporte, los valores del honor y la dignidad, no haría falta ninguna tecnología en el deporte.

Marcelo Urbano